“Nos sentimos en minoría tanto en la iglesia como dentro del movimiento (feminista)”.
Ese fue el motivo por el que Thayô Amaral, una brasileña de 21 años, fundó el grupo Feministas Cristianas en la red social Facebook.
Con 400 miembros, no es la única comunidad digital cerrada de mujeres de diversas denominaciones evangélicas que se reúnen para hablar sobre el desafío de ser feministas, pero sí el más grande.
“Luchamos contra milenios de opresión y por esa razón somos un poco locas. Y aunque somos revolucionarias, creemos en un Dios soberano y lleno de amor, que reúne a todos, mujeres y hombres, en su misericordia y gracia con igualdad y sin hacer distinciones”, dice su perfil en la red social.