El miedo a la oscuridad, a los ruidos raros, a las cortinas que se mueven con el viento, miedo a la soledad o al abandono y a los extraños.
El niño se enfrenta así a su malestar y los padres tienen que luchar con lo que no entienden de esta angustia infantil.
Los temores nocturnos aparecen mayormente con frecuencia entre los 3 y los 7 años.
Los miedos de los niños van cambiando según la edad del niño, esto significa que no se tenga miedo a las mismas cosas a medida que los pequeños van creciendo.
Los especialistas explican las razones y orígenes de los temores en niños y niñas, detallan su relación con la época y lo cultural, y advierten sobre la importancia de los miedos.
Las cuestiones que asustan a los niños van cambiando de acuerdo con las etapas y a las épocas, las cuales afectan la niñez.
El miedo funciona como una barrera de protección muchas veces.
¿Cuándo el miedo se transforma en preocupación?
Es cuando generan un intenso malestar de continuo y comienzan a transformarse en un síntoma o pánico, es motivo de consulta.
Cómo ayudar al niño a superar el miedo
–Identificar lo que produce miedo.
–Hablar sobre las cosas que le causan temor, que se sienta escuchado y protegido.
–Nunca avergonzar o regañar por ese temor.
–Transmitir seguridad y confianza.
–Ayudar a transitar el temor jugando (si el miedo es a la oscuridad, jugar la búsqueda del tesoro con linternas, que sea de día pero con las luces apagadas)
–Elogiar su conducta de valor y autonomía.
–Hagan alguna actividad nueva: escuchar música, un deporte nuevo, o alguna manualidad.
–Enséñele a orar, dígale que Jesús esta siempre con nosotros para ayudarnos y acompañarnos en toda nuestra vida.
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Isaías 41:10